Hace unos días llegaba a un grupo de WhatsApp que tengo con la gente de mi pueblo un mensaje en el que se nos advertía de que se había visto a un manso, que se escapó hará un par de semanas de un pueblo cercano que celebró sus fiestas, por la zona de la vega (vamos, lo que viene siendo cerca de las casas y de la carretera). No sabemos si huía por la comodidad de la flora de la zona del río Tajuña o por temor a la Ley de Bienestar Animal de Ione Belarra, vete tú a saber. El caso es que alguno del grupo aseguró, para no alarmar, que los mansos, como su propio nombre indica, son animales inofensivos y no son agresivos, pero otros no se mostraron tan tranquilos y contestaron, siguiendo la línea del popular refrán que, parcialmente, da nombre a este artículo, “Dios me libre de los mansos, que de los bravos ya me libro yo”. Pues bien, si esta máxima la tuviésemos que adaptar a la política castellanomanchega, probablemente nos quedaría algo así como “Dios me libre de García-Page, que de Sánchez ya me libro yo”. ¡Y qué razón!
Nadie puede negar que de Pedro Sánchez se espera uno cualquier cosa. Vamos, que no es muy de fiar (por no decir nada). Podríamos asegurar, paradójicamente, que “se le ve venir”. El que no podría dormir por las noches con Podemos en el Gobierno y los independentistas marcando el rumbo de nuestra Nación, sigue, desde el primer día, y aún hoy, la hoja de ruta de los populistas y los independentistas, sus “compañeros de cama”, a pies juntillas. ¡Y lo que te rondaré, morena! Todo con tal de seguir manteniendo su sillón de La Moncloa y poder seguir haciendo series y viajes que le catapulten a escala internacional. Hasta ahí todos de acuerdo.
Sin embargo, con Emiliano García-Page la historia es bien distinta. Se dice defensor de los valores constitucionales y de la tradición, y se define como un hombre de Estado, con principios, fiel a su tierra y a su gente (baja Modesto, que sube Emiliano). Nada más lejos de la realidad. El todavía presidente de Castilla-La Mancha ya nos tiene acostumbrados a su juego mediático. Cuando le interesa, se disfraza incluso hasta de democristiano, y parece Lutero impulsando la reforma contra el sanchismo, pero ante su jefe Pedro Sánchez, Page es uno más de sus “monaguillos” (como así afirmó él mismo). Todo palabras vacías. Veamos.
Uno de los mejores ejemplos de la vacuidad de sus palabras quizá sea la amenaza que lanzó hace unos años, asegurando que, si Sánchez ganaba las primarias del PSOE del 21 de mayo de 2017, él no volvería a ser candidato en nuestra región. Pues bien, ya sabemos el desenlace de esta historia, y quién, ganando Sánchez y erigiéndose como líder supremo del PSOE, siguió presentándose como candidato en Castilla-La Mancha. Lo que viene siendo tener palabra, sí señor. ¡Si es que hay que saber cuándo echar un órdago! Permanezcan sentados, que hay más.
Hace relativamente poco salió en un medio de comunicación conservador (porque sabe bien cuál es su público) manifestando que el mayor perjudicado de los pactos con Sánchez iba a ser el PSOE. ¡Qué hombre más moderado! Es una lástima que García-Page tenga el dudoso honor de haber sido el primer dirigente político que, en la historia democrática reciente de nuestro país, metió a Podemos en el Gobierno de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para que les aprobasen las cuentas. Un “puestos por presupuestos” en toda regla. La realidad es que instituyó el modelo de Gobierno que, hoy, tiene Pedro Sánchez. Buena cornada del manso de Emiliano a todos los castellanomanchegos, incluso a los que entonces le colocaron en segunda posición por detrás del Partido Popular.
Pero ojo, que su vicepresidente mostró su apoyo públicamente a ERC y, personalmente, a Oriol Junqueras (se desplazó hasta Cataluña) durante las jornadas en las que los hoy socios de Pedro Sánchez acometieron uno de los mayores ataques a nuestro régimen constitucional. ¿Se piensan que Page le “dio una cornada” (por seguir manteniendo el argot del artículo) y le cesó? Pues no. Ahí siguió en su puesto de vicepresidente para que le aprobasen los presupuestos. Y la cornada, otra vez, para los mismos. ¡Hay que ver con el manso!
Y siguiendo con la cuestión territorial, ahora los socialistas se han inventado el término “España multinivel”, que no es más que un eufemismo para dar encaje al autogobierno en Cataluña y seguir beneficiando a las regiones a las que pertenecen los socios de Sánchez. ¿Y han visto a Page hacer algo al respecto? Nada, mucho ruido y pocas nueces. En lo que a niveles respecta, parece que los castellanomanchegos debemos de estar en los últimos.
Para quien no lo sepa, la federación regional castellanomanchega del PSOE tiene 20 parlamentarios nacionales (9 diputados y 11 senadores). Y se llama federación por algo. Ellos eligen a sus candidatos y la máxima autoridad del partido es el secretario general de dicha federación, en este caso, Emiliano García-Page.
¿Piensan que Page ha hecho algo para que los parlamentarios de su federación frenen el rumbo de seguidismo que está practicando el PSOE con Podemos y los independentistas? Si lo piensan, denme ejemplos. La realidad nos demuestra que Page es un peón más para el presidente del Gobierno de la Nación. Pacta con Bildu sin ningún tipo de reparos y ofrece beneficios penitenciarios a los terroristas, mientras legisla en contra de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado; rechazan la ley anti-ocupación que presentó el Partido Popular; pactan con quienes impiden a unos chavales ser instruidos en su lengua natal, el castellano, y les tratan como socios preferentes del Gobierno; manosean, con descaro, las instituciones; quieren rebajar las penas del delito de sedición, debilitando así nuestro Estado de Derecho, para que les aprueben los presupuestos los independentistas; y un largo etcétera que ya conocemos todos. ¿Y ven a Page hacer algo? ¿Piensan que hará algo? No. Saldrá a decir lo mal que le parece mientras sus parlamentarios siguen sosteniendo este despropósito. Nada nuevo.
Y aquí, en las Cortes de Castilla-La Mancha tienen mayoría absoluta. ¿Piensan que hace Page algo? Aunque sean meras declaraciones institucionales (menos es nada). Pues no, nada de nada. Ni a favor de los ganaderos, ante las declaraciones del Ministro de Consumo, ni de las víctimas de la ocupación, ni de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, … Con suerte no ataca a algún maestro o a los sanitarios que critican las (muchas) deficiencias de la sanidad castellanomanchega. Porque ha tenido alguna declaración… de las que cuestan olvidar.
¡Y no será porque no hay alternativa! Frente a un presidente todoterreno, incansable, como el presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, que no para de recorrerse la región y de presentar propuestas para que los depositarios de la voluntad popular de nuestra región se posicionen ante cuestiones que nos importan a todos y para mejorar la vida de los castellanomanchegos, nos encontramos a un García-Page desnortado, despreocupado por el futuro de nuestra tierra que, entre chascarrillo y chascarrillo, se dedica a aplicar en nuestra tierra las recetas socialistas de siempre, que lo único que van a conseguir es generar más pobreza y miseria y que Castilla-La Mancha se mantenga en los puestos de cola, además de, en la práctica, por supuesto, pegarnos más cornadas apoyando todas las decisiones que toma Pedro Sánchez.
Que el 28 de mayo Dios, pero sobre todo las urnas, nos libren de los “mansos”.
Gonzalo Martínez Rodríguez
Vicesecretario Organización de NNGG Guadalajara
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