Autor: Silvia Valmaña Ochaita
Nos golpea estos días la violencia brutal que deja teñidas de sangre las calles de París o de Túnez, como ayer las de Nueva York, Madrid o Garissa… El terror quiere imponer su ley de sufrimiento y muerte, y de eso sabemos mucho los españoles, de enterrar y llorar a nuestros héroes, nuestros amigos, nuestros hermanos. Sabemos que vivimos en un mundo cada vez más pequeño en el que el odio y la sinrazón destruyen vidas y pueblos, devastan y empobrecen y aniquilan.
También sabemos en España mucho de coraje, de apretar los puños y levantar la cabeza, de no dejarnos llevar por el odio que otros siembran pero pelear con la ley, con toda la ley, pero dentro de la ley.
Algunas veces escuchamos como algunos matizan, alertan, sugieren peligros que no provienen precisamente del Estado de Derecho que los españoles nos dimos, que los europeos disfrutamos.
Se plantean falsos debates sobre la libertad y la seguridad, como si se tratara de términos antitéticos, como si hubiera que optar… No es así, no tenemos que elegir. La libertad y la seguridad son derechos, bienes jurídicos que tienen una conexión tan íntima que no existe la una sin la otra.
No es posible vivir en un mundo seguro sin libertad, como no hay libertad que se pueda ejercer sin la seguridad. Nadie puede ser realmente libre si se siente amenazado, si tiene que tomar las decisiones bajo la coacción o el miedo. Y nadie puede estar seguro si otros deciden por él, si el paternalismo o el autoritarismo se imponen negando la posibilidad de elegir, de decidir.
Nuestra Constitución une ambos términos de forma indisoluble. El artículo 17 establece que toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad, dentro de los derechos fundamentales que consagra el Título Primero, los que merecen el mayor nivel de garantía y de protección.
No son ni siquiera las dos caras de una misma moneda, sino una única realidad, complementaria e indisoluble. No se trata de modular una u otra, restringiendo el ámbito de ésta para ampliar el de aquélla. Se trata de que las acciones dirigidas a garantizar la libertad tengan como efecto una sociedad más segura y que los refuerzos en la seguridad nos permitan ser más libres.
Este debate se plantea cada vez que hay un acto de terror, de un determinado tipo de terror. En estos días celebramos también el Día Internacional contra la Violencia contra la Mujer. Esta violencia que supone el terror diario para tantas mujeres y para sus hijos. Garantizar su seguridad es garantizar también su libertad. Liberarlas del miedo, de la angustia es levantar también su yugo, devolverles las riendas de su vida. En este debate podemos ver claro cómo la libertad y la seguridad van unidas de la mano. La unión de la sociedad contra el terror machista lo hace posible.
Estamos aún muy lejos de la utopía de la paz perpetua del pensamiento de Kant, pero hemos conseguido grandes avances desde su época. En Europa. En España. Por eso la política de seguridad es y debe ser una política de Estado, de todos.
En esta legislatura se ha creado el Consejo de Seguridad Nacional, un órgano que permite dar respuesta a las amenazas y los riesgos que nos pueden afectar como país, como sociedad democrática, desde el terrorismo al crimen organizado, desde la ciberdelincuencia a cualquier tipo de catástrofe. Y se hace además, desde la transparencia y desde la efectividad de dotar a nuestra seguridad de una visión estratégica e integrada.
Pero las amenazas y los riesgos existen y los recientes atentados nos lo recuerdan con dureza. Por eso debemos estar alerta. Por eso necesitamos instituciones fuertes y gobiernos serios y preparados. Por eso necesitamos unidad y responsabilidad, para oponer la ley a la barbarie; sólo la ley, pero toda la ley.
Defender la seguridad es defender también la libertad. Defender la libertad aumentará nuestra seguridad. No se trata de una mera declaración formal, es el camino que hemos recorrido juntos, el camino de la Constitución y de la ley, el camino del Estado de Derecho el que lo ha hecho posible. El mismo camino que nos permitió derrotar al terrorismo de ETA. El mismo que nos permitirá seguir siendo una sociedad cada vez más libre y más segura. Por nosotros. Por nuestros hijos.
Silvia Valmaña Ochaita
Candidata del Partido Popular al Congreso de los Diputados por Guadalajara
(Secretaria de Área de Familia y Bienestar Social del PP de Guadalajara)
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