Subida de la cuota de autónomos: una medida inoportuna e injusta

Pese a las complicadas circunstancias económicas y sociales que estamos atravesando el gobierno socialista de España sigue obcecado en la misma hoja de ruta: tomar medidas cuestionables que solamente consiguen empeorar la situación.

Esta vez les ha tocado el turno a los trabajadores por cuenta propia y, con el comienzo del año próximo, entrará en vigor la aplicación de unas nuevas cuotas de autónomos calculadas por tramos en base a una previsión del rendimiento neto (ingresos menos gastos fiscalmente deducibles) de cada mes:

 

De esta forma, no solamente se va a subir el importe de las cuotas a todos los autónomos de manera generalizada, sino que se les va a añadir otro entretenimiento burocrático más a su ya atareado día a día levantando sus negocios.

Así, deberán estar pendientes cada dos meses para cambiar la base de cotización acorde a los ingresos y gastos que realmente hayan tenido porque cualquier desviación real respecto de lo que se haya previsto será rigurosamente regularizada al acabar el año. ¡Además de autónomos tendrán que ser clarividentes!

Un duro golpe al ya de por sí afectado tejido empresarial de nuestro país, que va a llevar a que muchas de las persianas de los negocios no vuelvan a levantarse nunca más. Y una medida claramente equivocada por dos motivos clave: primero, porque no es el momento oportuno; y segundo, porque es muy injusta.

No es el momento oportuno porque muchos autónomos ya están sufriendo para poder mantener sus negocios funcionando. La pandemia obligó a gran parte de los autónomos de diferentes sectores a permanecer cerrados durante meses y complicó el panorama económico para el emprendimiento. Además, sin haberse podido recuperar del todo de lo anterior, ahora la subida de los precios de suministros básicos como la electricidad, el gas o el combustible han disparado las facturas de los gastos a los que tienen que hacer frente.

Y es injusto porque se trata de un agravio comparativo respecto a los autónomos de otros países, porque es una medida fundamentalmente recaudatoria y no progresiva y porque no tiene en cuenta las particularidades del trabajo por cuenta propia.

Mientras que en España los autónomos pagan de media unos 300 euros al mes, en Inglaterra la cuota es de 14 euros, en Irlanda se paga un 5% de los beneficios, en Alemania solamente se paga si se tienen ingresos superiores a los 1700 euros y en Portugal no se paga. Una desventaja competitiva que se incrementará con las nuevas cuotas más elevadas.

Unas nuevas cuotas cuyo único afán es recaudar y que rompen con el principio de progresividad fiscal necesario para mantener el Estado de Bienestar y mejorar la igualdad social. A modo de ejemplo, algunas de las cuotas quedarían de la siguiente manera:

 


Como puede comprobarse, la cuota sería proporcionalmente muy superior para los autónomos en los primeros tramos, que son la mayoría. Una forma muy sencilla y rápida de aumentar la recaudación a costa del esfuerzo de aquellos que menos ganan, que en su gran mayoría serán los están empezando o a los que el negocio no les funciona según lo esperado. ¡Precisamente los que menos necesitan pagar un extra!

Finalmente, esta medida parece proceder del más absoluto desconocimiento de cómo funciona y qué significa ser autónomo: iguala las mismas obligaciones para dos realidades laborales muy diferentes que no tienen una igualdad en los derechos y no valora el riesgo y el esfuerzo personal de emprender.

Es una decisión simplista y recaudatoria que desincentiva el emprendimiento, dificulta la creación de empleo, contribuye a la subida de los precios, fomenta la economía sumergida y ha surgido de manera unidireccional e impuesta sin un consenso entre todas las partes afectadas.


José Miguel Benítez
Vicesecretario de Economía del PP de Guadalajara

 

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